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¿SE LES SALIÓ DE LAS MANOS EL CONTROL A LOS PULPOS MEDIÁTICOS?

Foto del escritor: The PlusThe Plus

Actualizado: 9 may 2021

Por: Valentina Bermúdez Calvo*


Es increíble que en pleno siglo XXI, de acuerdo al informe presentado por Katar Ibope Media, la televisión siga siendo el medio de consumo predilecto de los colombianos con un 98% de penetración. Según cifras, el colombiano promedio dedica diariamente alrededor de 4-5 horas diarias frente a un televisor, donde el contenido más consumido es el de noticias con un 83%, aún cuando existen diferentes medios y alternativas para estar al tanto de lo que ocurre en el territorio colombiano y el mundo.


El problema de que los colombianos se informen por un único medio, implica que reciben una información que es imposible de contrastar. La radio, los periódicos locales o poco reconocidos y los medios alternativos, han quedado de lado aunque estos den cuenta de la verdad que muchos quisieran tapar con la antena de un cable. ¿Y por qué digo verdad?, les pregunto, ¿es posible considerar un relato falso cuando a este se le está omitiendo gran parte de su historia y no se están contando todos los hechos ocurridos? Opinaría que no, pero se descarta la posibilidad de contar las diferentes verdades existentes, pues solo se presenta “la verdad” conveniente de un estado que busca continuamente degradar y deslegitimar la protesta social, o más bien nuestro derecho fundamental a ella.


¿Qué se siente despertar el 28 de abril de 2021, buscar en los medios nacionales cómo transcurre el paro nacional y entender que todo lo que aparece en esa pantalla llamada televisión es solo una parte de lo que realmente está ocurriendo? ¿Qué se siente saber que los medios más influyentes y consumidos, que se supone deberían informar con neutralidad a más de 50 millones de colombianos, cuentan hechos maquillados para entretener?, ¿Cómo es posible ver un noticiero tan frío cuando las calles están ardiendo?, ¿Cómo creer en estos medios cuando ya están libreteados por quienes nos gobiernan? Esto y mucho más es lo que persigue a la historia de los medios en Colombia, porque amigx mío, puedo decirle con toda certeza que, si usted sólo consume estos medios, no conoce la historia completa.


En Colombia contamos con cinco (5) canales nacionales, 2 privados y 3 públicos administrados por el Estado y financiados bajo un sistema de fondos especiales, a nivel regional existen ocho (8) canales públicos y a nivel local cuarenta y tres (43) operadores, pero aun así parece que Colombia solo tuviese en su control remoto a Caracol y RCN.


El duopolio que estas dos empresas han creado ha sido tan fuerte que incluso en el año 2008, cuando la Comisión Nacional de Televisión (CNTV) expuso su preocupación y la necesidad de crear un tercer canal privado para fortalecer y así mismo reforzar la televisión en Colombia, el conglomerado de Carlos Ardila Lülle (dueño de RCN) y el grupo Santo Domingo (propietario de Caracol) mandaron a sus respectivos abogados y directivos para discutir la viabilidad de aquella propuesta. Cabe señalar que incluso Álvaro Uribe, quien era presidente en aquel entonces, estuvo involucrado también en dicha decisión apoyando a ambos canales.


El argumento que sostuvieron para evitar a toda costa dicha propuesta fue que “no era un buen momento para la tercera opción ya que podría ir en contra de la calidad televisiva y la identidad cultural”. Como si la calidad de estos canales fuera excepcional y estos pulpos mediáticos representaran la identidad del país. Para que además, luego de dicho evento, se creara toda una agenda informativa en contra de la CNTV, para que en el 2010 el mismísimo Consejo de Estado suspendiera dicha licitación.


El hecho de que solo existan dos canales que controlen el imperio mediático, nos da a entender que no se cumple a cabalidad el artículo 20 de la Constitución Nacional el cual dice que “se garantiza a toda persona la libertad de difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación”.


Pues el duopolio hace que carezca la diversidad ideológica, las perspectivas y diferentes puntos de vista que deben discutirse en estos espacios. Suplir con las necesidades de los ciudadanos y permitir a los televidentes tener la libertad de elegir con que información desean quedarse e indagar, pero como hacerlo cuando Caracol y RCN a fin de cuentas terminan siendo un espejo, pues aunque nos han hecho creer que son competencia, ser primer o segundo lugar no tiene relevancia cuando tienen el control con sus manos, y así mismo el estado los tiene a ellos de su lado.


Vándalos, encapuchados, destrucción a la propiedad pública, violencia, terrorismo, disturbios, alteración del orden público; estas palabras, frases, las miles de preguntas sin sentido y las miles de excusas para justificar hechos se volvieron en el libreto establecido de Caracol y RCN por varios años para desprestigiar la protesta social. Varias generaciones que crecieron oyendo y teniendo ese imaginario de las marchas, son las mismas que siguen creyendo fielmente a lo que aseguran estos pulpos mediáticos sin ver la otra cara de las manifestaciones que, gracias a la nueva generación, se ha logrado dar a conocer.

Sin duda alguna, los nativos digitales han hecho de las redes sociales el nuevo medio que también permite conocer la otra cara de la historia, aquella que estaba oculta, que el estado y los medios no querían que los colombianos notaran, porque ahora no solo Colombia lo está observando, sino también el mundo entero.

Para nadie es un secreto que separar la juventud con revolución es una contradicción casi biológica, la Reforma Laboral, los asesinatos a líderes sociales, escándalos de corrupción, la desigualdad, pobreza extrema, falsos positivos, personas desparecidas, escándalos de las instituciones estatales, desempleo y cientos de problemas que Colombia ha tenido que soportar durante años están siendo ahora la gota que está derramando el vaso, porque el pueblo se cansó. Y como es bien sabido, la única manera de que el pueblo pueda ser oído por sus dirigentes es por medio del derecho fundamental a la protesta. Es allí donde miles de colombianos han salido a las calles a expresar su voz y lo han documentado a través de un celular. Gracias a ellos es que el pueblo conoció la otra cara de las protestas, pues aunque medios alternativos han sido perseverantes en enseñar al pueblo todo aquello que ocurre, la magia y la velocidad del internet y las redes sociales lo han dinamizado todo.


Tras una pantalla se evidenció el amor, el arte, la unión, la esperanza, la fuerza y la paz que envuelven la protesta social. Lentamente se ha desdibujado la estigmatización que por años estos dos medios crearon, pero así mismo se conoció el miedo. La fuerza pública ha mostrado una cara irreconocible y violenta en las diferentes manifestaciones, vídeos de abuso policial, golpes, insultos, disparos e incluso muertes. Todo esto es lo que ha creado el panorama completo que se vive en las manifestaciones, pues se conocía la versión de Caracol y RCN, pero faltaba conocer con la misma fuerza e insistencia la versión del manifestante, y el resultado fue doloroso.

¿Cómo es posible que mientras en Caracol y RCN, que son los medios más influyentes del país, aseguren que las manifestaciones se encuentran en total tranquilidad mientras que en redes sociales las personas registran cómo las calles están ardiendo y las personas huyen de la fuerza pública para salvar su integridad? ¿Es coherente que estos medios hablen constantemente de las cifras de daños a bienes públicos causados en las manifestaciones y no sean capaces de tener en cuenta los asesinatos de jóvenes en las calles por parte de la fuerza pública cuando hay cientos de vídeos que soportan lo ocurrido?


El chiste se cuenta solo. Estos medios no permiten ver, racionalizar, debatir y abrir el espectro al panorama real, le han dado la espalda a una ciudadanía que clama atención para asegurar que la verdad sea contada, han demostrado realmente su interés y la poca importancia que le dan a los problemas sociales del país para seguir reproduciendo contenido barato de entretenimiento y así sustentar el rating de un canal. Pues al fin, luego de mucho tiempo y gracias a la atención internacional que la problemática colombiana ha tenido, la credibilidad hacia estos medios se está desmoronando lentamente, así como la máscara que parecía apartarlos totalmente de los intereses políticos de un estado que quiere callar a su pueblo.


Pero más allá de esto, debemos entender que el poder lo tenemos nosotros para así permitir a quienes realmente quieran hacerlo información veraz, de calidad, dándole la oportunidad a otros nuevos medios que se han puesto firmes en sus posturas permitiéndole al pueblo colombiano poder diversificar sus ideologías, puntos de vistas y fuentes de información. Pues así como afirma el Comunicador Social y Periodista Gabriel Alba Gutiérrez “Todo esto lleva a sospechar que, en Colombia, la inoperancia de lo público es una estrategia para que lo privado domine el panorama”. Pero es algo que podemos cambiar y así mismo compartir la variedad, educando a las antiguas y nuevas generaciones dándoles a conocer medios alternativos o incluso enseñando contenido diferente en internet para ir cerrando poco a poco la dicotomía a la que el país se ve enfrentado.


Es hora de exigir información de calidad, nos cansamos de que nos mientan y quedarnos con solo una parte de la historia, sabemos que hay una realidad más allá de las pantallas.

*Comunicadora Social y periodista de la Universidad Central


Referencias Bibliográficas

  • Kantar Ibope Media. (Noviembre de 2018). LA TELEVISIÓN SIGUE SIENDO LA PANTALLA FAVORITA. kantaribopemedia. Obtenido de https://www.kantaribopemedia.com.co/NoticiasDiaTelevision.html

  • Radiomacondo.fm. (22 de Diciembre de 2013). La pluralidad de voces y el duopolio de RCN y Caracol. Radiomacondo.fm. Obtenido de https://www.radiomacondo.fm/columna/la-pluralidad-de-voces-y-el-duopolio-de-rcn-y-caracol/



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